me llena de dulzura el alma
es como si me acariciaras
con ese gesto que tu boca
pronuncia sin hablar,
cuando toca la esperanza.
Mira, tan sólo necesito
ver cómo te levantas
de esa angustia larga
que te ha dejado
sin respiración.
Ya lo estoy sintiendo
latir fuertemente
a mi corazón,
porque vi que se asomaba
por entre tus labios
y tu frente,
esa sonrisa mágica
que me cambió el humor,
que hizo que saltara
con el espíritu dispuesto
a correr cualquier maratón.
Escucha, ya están mis penas
sepultadas, se fueron
esta tarde, en caravana
detrás de tu sonrisa
que para mí fue el
mejor regalo para el alma.
No sabes el bien
que me has hecho,
al verte mejor,
no sabes cómo me llené de vida,
como me surge la emoción
de recibir los efluvios amorosos
que emanan de tu corazón.
Por tu sonrisa
la vida doy,
por tu sonrisa
vuelvo a renacer
en la dicha de sentirme viva
y junto a tu alegría, crecer.
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
No hay comentarios:
Publicar un comentario