Pedazos de mí
se disgregan,
se dispersan,
sobre mis pies
me dejan sin respuesta.
Pedazos de mí
que no sé donde
terminan ni
donde empiezan,
a desgranar como
si fueran
sutiles tristezas
que vacían al corazón,
de alegrías,
llenándolo de penas.
De donde vienen,
hacia donde van
tantos trozos de
mi alma,
que no los puedo
alcanzar.
Como de mis entrañas
salen hasta reventar
en el aire,
pero se quedán
hinchados de ganas
de gritar.
Pedazos de mí
que parecen ausentes
de mi centro más íntimo,
soy un ser escindido,
sin búsquedas urgentes,
sin movimientos interiores,
como si me acercara
a la misma muerte.
Pedazos de mi
aletargados dueños
de mi sentir,
me sumergen
en un sin fin de cosas
indescriptibles,
incomprensibles,
que producen en mi alma
un silencio sin alas.
Pedazos de mí
que anulan mis ansias
dejándome en el espíritu
una experiencia sin nada,
vacío que lo llena un miedo
indefinido, difuso
en el que yo concluyo
recogiendo del suelo
los pedazos de mí
que me dejaron sola
y sin consuelo...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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