domingo, 15 de mayo de 2011

Tendremos que aprender a cultivar, la cultura de la ausencia...

Tendremos que aprender
a cultivar,
la cultura de la ausencia,
a asimilar que nuestros
cuerpos, tienen un tiempo,
pero nuestro amor,
seguirá creciendo,
aún sin la cercanía
que nos da la vida...
Será duro este aprendizaje,
pero nos urge la impaciencia
de que el futuro ruin
ya se aproxima
a darnos el saludo de rutina.
Por ello mi amor,
yo en secreto he preparado
un paraíso construido
de espíritus sagrados
en donde no existe
ni el recuerdo ni el olvido.
Como soportar sino
la cruel certeza
de que uno de los dos
se retire físicamente,
dejando al otro
con lágrimas mustias y secas,
arrastrando la vida solitario
por este mundo amargo.
Porque nuestro cariño
todo lo endulza,
cualquier bebida que
ingerimos,
sabe a dulce fruta,
sabe a espesas caricias
como si fueran tus manos
hachas de pura miel,
para mi piel.
Por ello amor
he hablado con el soberano,
aquel que me ayuda
a soportar la amargura
de saber que quedaremos
uno de los dos solo
en esta prisión
sin la embriagante locura
de nuestras ternuras.
Tendremos que aprender
a cultivar,
la cultura de la ausencia,
gran aprendizaje
para nuestras almas,
separados nuestros cuerpos
seguir amándonos
más allá de los confines
del poderoso universo.
Seré la mejor discípula
de mis propios anhelos,
sabré que si te retiras antes
me cuidarás desde el cielo,
y si yo me voy primero
mi corazón latirá al ritmo
de las lecciones
que te transmitiré
desde mi alma ausente,
hechas para ti
en la tierra presente.
Así sobreviviremos
a la inevitable muerte,
así lograremos seguir unidos
a través de la eternidad,
superando cualquier designio...
Por ello, mi amor te digo:
tendremos que aprender
a cultivar,
la cultura de la ausencia,
en ese paraíso que nos espera
en forma de Academia,
en donde aprenderemos
a querernos,
más allá de las ausencias,
más allá de las presencias...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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