por qué no me dejaste
aunque sea un poco de luz
para que yo pueda recuperar
entre las nieblas del alma,
mis sentimientos y tu querer.
Arrasas con todo,
la ira te puede tanto
que transformas en tormenta
lo que era un río manso.
Me abandonas, me hieres,
me desprecias, no me quieres,
arrebatos que te llevan
a arruinar toda la siembra
tan sólo en un instante
en el cual el corazón se te hiela.
Arrebatas mi amor
como si fuera un lienzo
tirado en el viento,
vuela por todos lados,
y termina en el suelo brutalmente
tirado.
Tu espíritu no sabe donde posarse,
daña sin darse cuenta
porque te tapa la rabia.
Que no se preocupe tu alma
yo levantaré lo que tu lanzas,
recogeré una a una las caricias
que sabes ofrecer cuando amas.
Luego armaré mi propia emoción,
hasta que reconozcas los restos
que arrojas por doquier,
de nuestro amor...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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