Dame la ilusión y la alegría
que las criaturas
sin interés ofrecen.
Dame la niñez del amor,
déjame ver cómo crece
y se hace grande como el sol.
Ámame como un niño ama
a las aves, a las mañanas,
llórame con ese grito
desgarrante de rabia
como ellos saben demostrarla.
Desnudemos los sentimientos,
seamos tan trémulos
como los alumnos
que están aprendiendo
a besar, a sumar, a amar,
a dividir el corazón y
a multiplicar los sentimientos.
Créeme que quiero volver
a sentir con furia,
a llorar con locura,
lágrimas de felicidad.
Dame de ese niño que me debes
para que yo pueda
resucitar.
Dame de ese niño que me debes
ven acércate y luego de
romper mi espacio de amor,
como si fuera un tierno juguete,
bésame...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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