lunes, 23 de mayo de 2011

No dejaremos nunca de amarnos...

Esa voz tan masculina,
tan profunda,
tan seductora y cálida,
sus ondas me acurrucan
de ternura el alma...
Quiero que me dejes
ese lugar pequeñito
para entrar muy dentro
tuyo, y adormecerme
con tu murmullo...
De tu presencia
mis sentimientos
terminan embriagados,
porque te quiero
como quiere la luz del alba
a la mañana trasnochada...
No dejaremos nunca de amarnos,
por más que el tiempo
nos de su espalda quebrada,
por más que se vaticinen
tormentas o nubarrones de plata...
No dejaremos nunca de amarnos,
porque te llevo prendido
por todas las eternidades
hacia un lugar escondido
en donde el amor
no sabe de soledades...
No dejaremos nunca, pero nunca
de amarnos,
compartimos la misma nervadura,
el mismo cielo, las mismas flores,
los mismos soles e inviernos...
Tu voz me vuelve al oído
como si fueran las voces
de los primeros ecos,
que escucharon los sonidos...
Y yo extasiada por tanta emoción
me sumerjo en nuestra canción,
mientras me imagino
lo imposible que sería abandonarnos
a los azares de amores perdidos,
porque lo nuestro marca eternidad,
porque lo nuestro no tiene fin,
ni nunca tendrá...
Es que nosotros en verdad
no dejaremos nunca de amarnos...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


No hay comentarios:

Publicar un comentario