hijos que van naciendo
acompañados un poco
del dolor, otro poco
del amor.
Todos los días
me sorprendo
de ver cómo van saliendo
de mi vientre
sentimientos, pensamientos,
besos nuevos y además,
renovados momentos.
Todos los días doy a luz
sueños y más sueños,
que no dejan descansar
a esta ilusión
que los va pariendo.
La vida es un parto eterno,
de revelaciones
recién sabidas,
recién estrenadas.
Vivir dando a luz
el desafío del alma,
dejando que de adentro salgan
los hijos de la alegría,
los hijos del dolor,
los hijos del amor.
Todos los días doy a luz
porque mi espíritu se alumbra
de una mansa y clara
beatitud.
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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