viernes, 13 de mayo de 2011

La concepción...

La concepción... 

Nunca quise hacer de la concepción
una historia de ciencia ficción,
nunca quise poner a la maternidad
como una heroína de la historia.
Si quiero recalcar lo que siente
una mujer, cuando a luz da,
que es lo que le pasa por el corazón
y por el alma,
cuando sabe que una prolongación
de su ser, ella misma dará.
Es una sensación tan especial
que no se puede comparar
con nada,
es como sentirse involucrada
en un asunto que sobrepasa
nuestra inteligencia, nuestra capacidad.
Somos las mujeres,
como dueñas de algo que no sabemos
como es que poseemos,
es un extrañamiento tan profundo,
que nos vemos como siendo
de alguna manera
partícipes de la creación, en este mundo.
Aún sin ser dioses, ni semidioses
tan sólo humanas, podemos crear,
dar vida de nuestra propia vida,
desprender energía hecha humanidad.
Y es tanto nuestro asombro que
no lo podemos creer.
Tenemos en nuestro organismo
esa posibilidad de preparar
a una mínima semilla,
para la vida.
Todavía no caigo de la sorpresa
de que en nosotras las mujeres,
exista tanta natural grandeza...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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