Ven Cupido, no te temo...

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Ven Cupido, no te temo,
dame de tu flecha
tu elixir o tu veneno,
elijo arriezgarme en el amor,
para sentirme humana,
que perder el corazón
en la ignorancia...
Me dejaré envolver
por tu sabiduría,
como si fueras Eros,
fiel camino al conocimiento...
Me dejaré envolver
por tu deseo
como Cupido con su lanza,
 mi ser sentira tu magia,
ven Cupido, no te temo...
Te prometo aceptar
lo que me toque,
Ansío más que nunca
recibir tu sortilegio,
aunque me llenes de dolor
el pecho...
nunca tan justificado el martirio
de unos labios que llegan
al desvarío, conmigo...
Ven Cupido, con tu pícara energía
a clavar tu savia en mi vientre,
y derramar por ti, solo por ti,
los jugos de sal y azúcar pura
que contiene tu amor potente...
Del amor florecerán
frutas agridulces,
o verdes, o maduras,
frutas que el líquido vital brinda,
para que el alma
en su apertura total,
del amor, peligroso y faltal,
se nutra...
Ven Cupido, no te temo...
Sí temo que no llegues,
si temo morir entre paredes
que nada saben
del deseo,
del amor,
de una bella y repetida muerte...