Háblame alma... o Voces del alma...

¡Háblame alma!
quiero llegar a tus voces,
tus voces del alma...
Exprésate con ese lenguaje
que siempre me estremece...
Deja tus gemidos
en cada arista de mi ser,
llenándome de tu impronta pura,
tu impronta sabia...
Llégame bien al fondo,
cava hondo,
revuelve mi carne, mi espíritu
con tus manos blancas...
¡Háblame alma!
como si el silencio esperara
que aparecieras en este nítido cielo
para romper el aire con tus voces...
y tus manos blancas.

Te escuchan todos mis sentidos,
presurosos y atentos,
no sólo mis oídos, también
te escucha mi corazón
y mi ser entero...
Se que quedarán gravadas
tus palabras sagradas
aquí en mi pecho.
Se que se revelarán tus voces
desde la garganta del tiempo,
alma, inquisidora astronauta
de mis pensamientos,
buceadora audáz de mis sentimientos...

Vendrás portando tu propia luz
y con todo el lumbre de tu amor
me encenderás de un tibio azul...
Alma como candil de esperanza,
no puedes ser mala...
tu presencia etérea
me subyuga...
me arrebata...
y todo mi espíritu siente
extasiado, tu paz pura,
tu esencia primordial
en mi nervadura...
¡Háblame alma!
ya estoy preparada,
ya me recosté
al lado de tu lecho de plata,
ya está abierto mi ser
para que entres bien dentró...

Contamíname de tus
sublimes palabras,
recemos juntas la oración
que nos dicté el corazón,
recemos juntas
una humilde plegaria, que llegue
cual eternas voces del amor
que salen de tí y de mí
para embellecer al silencio
con nuestros sonidos.
¡Háblame de una vez!
quiero escuchar tus voces...
voces del alma...
que esperas pues...
¡Háblame alma!