miércoles, 23 de febrero de 2011

Tu última caricia...

La buscaba entre sábanas,
la anhelaba tibiamente,
la imaginaba mi corazón,
la imaginaba mi mente...
Por suerte llegó,
y mi piel y mi alma
la sintió...
Yo no sabía que ella
sería la última caricia
que me darías,
yo no sabía que
en ese transcurrir
del amor,
nunca más sentiría
tus manos, tu contacto
y el desborde de la emoción...
Es difícil decir adiós,
más aún a las sensaciones
que no podrás volver
a sentir hoy...
es difícil aceptar que
ya no volverán a rozar tu ser,
palparte enteramente,
esas caricias que en su vuelo,
te llenaron de dicha...
Dónde habrán ido a parar,
tan trémulas, húmedas e
inquietas...
Dónde quedaron, o ya
otro vuelo alzaron,
sobre otra piel,
entre otros brazos...
Tu última caricia...
para mi en su tibio descanso,
en su lejanía tan vacía,
me dejó recordando
la tibieza que ofrecía.
Mi integridad la llama,
la necesita, y mi alma
se llena de nostalgia,
porque sabe que es inútil
pedirle que regrese...
He de conformarme
con este mar amargo,
sin poder recuperar
en mi fe de to perdida
tu última caricia...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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