Cupido, pícaro y cruel Dios del amor

Pícaro y cruel Dios del amor para la mitología romana, representado por la imágen de un niño alado, con los ojos vendados y lanzando flechas al corazón de víctimas indefensas. Hijo de Venus y Martes, ayudaba a su madre Venus, a hacer su tarea, como Diosa del deseo y el amor, también de la belleza.
Podía ser un privilegio ser tocado por su flecha, o una gran desgracia, porque cabía en el azar, ser muy feliz o sufrir demasiado por su gracia.
Todo mortal prefiere que esa flecha de cupido le llegue, nadie desea pasar por el amor inadvertido, aunque tenga aristas que formen heridas. La vida sin amor es muy triste, y si este Dios está vendado representando la ceguera que el amor implica, es porque es necesaria para que exista una total entrega. No puedes entregarte plenamente, si ves cada detalle del que amas, debes envolverte en una suave magia, para vivir el amor plenamente...
Si a veces te toca Cupido y te hace llorar, es parte del riesgo que corres cuando tu corazón se enamora, es preferible someterse al peligro de su lanza, a vivir indiferente y que nunca te llegue su estocada