Era una mañana fresca
de oficina sin pausa,
yo sin parar facturaba
urgentes pedidos
de la empresa...
Era una mañana
más que fresca,
jugando una carrera
contra el reloj, y contra
mis nervios...
Ya salía el camión
cargado de mercadería
y el chofer, esperándome...
Entre el apuro
y mis dedos duros de frío,
ví un par de ojos,
más que mirándome...
No tuve dudas que
eras tú el nuevo día,
que eras tú
como una silueta
ya conocida,
eras tu que entre
papeles archivados
y urgentes recados,
en ese mismo instante,
te habías instalado
en mi vida...
Me dije para mis adentros...
"Y, apareció el amor"...
No podías ser,
ni una clave morse,
ni una estrella perdida,
ni una luna furtiva,
ni un amanecer lento,
entre comillas...
Eras con tu presencia
el gran mensajero,
aquel que te hace emocionar,
el que tiemblas cuando
se quiere acercar,
el que te hace sonrojar...
Y, apareció el amor
a inquietar mis horas,
hasta el mismo amor
se enmudeció
cuando me sintió
tan nerviosa...
Y, apareció el amor
una mañana cualquiera,
asi de golpe
sin presentación,
alteró todo mi ser
y me dejó enferma de él
y sin ninguna receta...
Y, apareció el amor
para seguir juntos
sin separarnos jamás,
ninguno de los dos...
Tan sencillo parece, pero
es tan intenso y profundo
el verlo aparecer,
es tan especial ese momento
en el cual sabes ciertamente
que es el amor, es el amor...
y nada más... que él
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
de oficina sin pausa,
yo sin parar facturaba
urgentes pedidos
de la empresa...
Era una mañana
más que fresca,
jugando una carrera
contra el reloj, y contra
mis nervios...
Ya salía el camión
cargado de mercadería
y el chofer, esperándome...
Entre el apuro
y mis dedos duros de frío,
ví un par de ojos,
más que mirándome...
No tuve dudas que
eras tú el nuevo día,
que eras tú
como una silueta
ya conocida,
eras tu que entre
papeles archivados
y urgentes recados,
en ese mismo instante,
te habías instalado
en mi vida...
Me dije para mis adentros...
"Y, apareció el amor"...
No podías ser,
ni una clave morse,
ni una estrella perdida,
ni una luna furtiva,
ni un amanecer lento,
entre comillas...
Eras con tu presencia
el gran mensajero,
aquel que te hace emocionar,
el que tiemblas cuando
se quiere acercar,
el que te hace sonrojar...
Y, apareció el amor
a inquietar mis horas,
hasta el mismo amor
se enmudeció
cuando me sintió
tan nerviosa...
Y, apareció el amor
una mañana cualquiera,
asi de golpe
sin presentación,
alteró todo mi ser
y me dejó enferma de él
y sin ninguna receta...
Y, apareció el amor
para seguir juntos
sin separarnos jamás,
ninguno de los dos...
Tan sencillo parece, pero
es tan intenso y profundo
el verlo aparecer,
es tan especial ese momento
en el cual sabes ciertamente
que es el amor, es el amor...
y nada más... que él
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
Gracias Adama por esta imágen tan acertada.
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