martes, 1 de febrero de 2011

Eternos detractores


Cuando ya no soprote
con desagrado,
tu mirada acusadora,
habré vencido a todos
los tribunales
de la inquisición
en el que se sumerge
mi conciencia...
No sentiré ya nada
que me motive a
cuestionar mi ética,
como un diablo sin pudor.
Ya no habrá hecho
tu sombra,
estragos en mi vida,
con el dedo acusador
de una historia sin salida...
tan sólo soy culpable
por esperar de mí,
lo que nunca te daría...
Decidí no darte amor...
Desacuerdos que molestan,
distintos lenguajes
que cierran todas las puertas,
que no pueden dialogar,
que vienen de diferentes esencias...
Muros imposibles de saltar,
situaciones detenidas en el corazón
como cavidades sin amor...
extranjeros enemigos
de la noble amistad,
dueños absolutos del bien y del mal.
Se ubican en un pedestal
y determinan desde allí
sin flexibilidad,
donde está el bien, donde está el mal...
Como dioses del destino
discriminan en sus deseos
de quienes merecen vivir,
y quienes deben morir...
Todo este odio, por un espacio de poder,
por haber dejado crecer situaciones
que antes no importaban,
entonces, se despiertan una buena mañana,
amanecen de golpe, y ante pérdidas pasadas,
y con la ambición amontonada,
intentan ocupar lugares que hasta ayer
no importaban...
He aquí mis enemigos legítimos,
mis eternos detractores...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

1 comentario:

  1. ¿Por qué una opinión va a ser mejor que otra ¿quienes son poseedores de la verdad? ... nadie puede vivir sin una convicción de lo que es el bien y el mal. ... y como concerniente absoluto es imposible.
    Noto que el poema es como una queja,me traspasa el alma,como una llaga que lacera de la profundidad que tiene.

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