martes, 1 de febrero de 2011

Alma purificada


Imagino una tarde brillante
desprenderse del cuerpo
mi alma,
llenarse de alas azules
y perderse entre las altas nubes...
Imagino mi ser ya sin carne,
desnudo de atávicos deseos,
formando apenas una imágen
cuando roce con mi alma
la iluminada tarde...
Imagino otra vida sin tiempo,
suspendida en el cosmos inmenso,
flotando con cuerdas de ángeles
entre estrellas fugaces y luceros...
Imagino un llanto profundo
que llega de las eternidades,
tal como lágrimas de los nacimientos
que lloran la despedida del mundo...
Imagino lo inimaginable,
lo sin espacio habitable,
sin tiempo contable y
sin medidas proporcionales...
Imagino el lugar reservado
en el que tienen su sitio
las almas de los muertos...
No puedo creer que quedarán
flotando en el vacío,
no puedo creer que terminarán
del cosmos desapareciendo
sin huellas de haber sido...
Imagino que podré conectarme
con los demás espíritus diambulantes,
invocando sin horarios
ni calendarios,
nuestras vidas pasadas...
Imagino el gran magnetismo
que surgirá de la confluencia
de tantos espíritus.
Imagino mi cuerpo
ya sin memoria de haber vivido,
pero mi alma inquieta
en busca de otra materia
en donde continuar
su tarea...
Imagino que es largo el camino
que guarda el sentido
de vivir y morir,
imagino tan sólo un pequeño trecho
del viaje del alma
hasta su último regreso
cuando ya esté purificada...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman.

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