sábado, 5 de febrero de 2011

Despertar eterno

Cada despertar es un nacimiento,
Hay despertares que nacemos
arrodillando los silencios,
otros que empalidecemos
como débiles candiles,
iluminando en el desierto.
Están aquellos amaneceres
en que saltamos al nacer,
los muros más altos,
y tenemos tanta fuerza,
que escalamos las cimas
 de nuestra nobleza
ganándole a las contiendas.
Hay amaneceres en que
se abre la boca del tiempo
en un crucial bostezo,
nacimientos aletargados,
nacimientos que hablan de
nuestras dudas calladas.
Están esos días en que
no sabemos por qué,
la sonrisa corre veloz
por la brisa de la mañana,
son esos despertares
en los que nacemos
llenos de sol.
Cada despertar es un nacimiento,
pero algunos de ellos
se niegan a entrar en la vigilia,
el cuerpo está viviendo
pero el espíritu sigue su sueño,
entonces somos como figuras
que emergen del recuerdo.
Cada despertar en el que nacemos,
vivimos nuestra muerte,
morimos nuestra vida,
continuamente renovamos
estos misteriosos momentos
que cambian nuestra piel del alma,
que mutan nuestro cuerpo,
en un despertar eterno.

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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