Uno se conoce, por lo general
lo suficiente como para
auto invitarse a tomar
un rico mate,
pero a veces se acercan
personas a tu vida,
que te ayudan a revelarte.
Son aquellos seres
que te invitan siempre
a compartir el mundo espiritual
que tu tienes,
son esos seres que te intuyen
y en ti creen casi, ciegamente...
Es como si el eco de sus voces
te sonaran dentro
continuamente,
te hacen sacar fuerzas,
te llenan de confianza en ti misma,
podría decir que no son seres,
porque tienen algo de ángeles
que responden a tu esencia
tal cual como tu necesitas...
Mi ser se nutre profundamente
de esas aladas presencias,
que condecoran mi vida,
cual la mejor ofrenda...
No ambiciono más que
esta dicha de sentir
mi alma plagada
de tanto amor...
No ambiciono más que
cruzarme con estos seres
que son como enviados de Dios...
Cuando pienso en ellos
los ojos se me iluminan,
pareciera que yo también
me contagio de sus dones,
me llenan de su gracia
me hacen volar hacia
hacia sus cielos cubiertos
de Dioses...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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