para llenarla toda de flores,
y en el umbral de tu ser
pintarte de colores el alma,
prender una vela larga
para que perdure en su llama
nuestro querer.
Que hermosa noche,
para que lluevan de cariño
nuestros cuerpos,
y se encuentren
en posición de cruz
junto al lago de los sueños.
Que hermosa noche
para soltarla a los vientos,
que se la lleven lejos
las ilusiones y los ensueños.
Corre un aire tibio y sereno
y el piso frutal luce
como cubierto de cerezos.
Será nuestra imaginación
la que nos hace paladear
los sabores de la brisa
con olor a espuma de mar.
Que hermosa noche
para llevarla por la vida
y que en el alma
nos quede gravada
su luz y armonía.
Que hermosa noche
para unir nuestros corazones
con la sonrisa fresca
que nos da la calma
cuando el amor intensamente
nos llama...
Qué hermosa noche
la que nos reclama...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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