jueves, 9 de junio de 2011

La humildad de los grandes...

No hay cosa que me conmueva más
que la humildad de los grandes,
de aquellos que no saben
el valor que verdaderamente tienen.
Cuando Sócrates preguntó
a los Dioses, quién era el hombre
más sabio de Atenas,
los Dioses le contestaron
que era él,
entonces el asombrado
les preguntó, por qué,
los dioses le respondieron
que justamente al no creerse
el más sabio, ciertamente lo era.
La luz de la sabiduría
pierde su potencia si
la vanidad le quita su pureza.
El hombre más sabio, más grande
de alma, corazón y espíritu,
será aquel que lo ignore completamente.
Los Dioses no se equivocaron,
al comparar a la sabiduría
con la humildad.
La humildad cala hondo
por todos los rincones de la humanidad,
puede construir con sus dones
centenares de discípulos
que sigan las enseñanzas
que sabrán encontrar dentro
de sus almas.
Ser maestro no es imponer,
el conocimiento no se impone,
es humilde su búsqueda,
está dentro nuestro,
sólo hay que saber en qué lugar
encontrarlo,
siempre estará al lado de la humildad.
La humildad es de los grandes,
se marchita si crece junto a la soberbia...
Saber es para compartir,
no para acumular egoístamente,
saber es transmitir la forma de aprender,
de amar al conocimiento,
porque el conocimiento es el
camino que marca el amor...
Cómo puede ser de los vanidosos ese don.
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


No hay comentarios:

Publicar un comentario