sábado, 25 de junio de 2011

El dolor, duele...

No hay forma de entender al dolor,
el dolor duele, no tiene más
que el lenguaje de la espina
que se clava en la frente...
 Su intensidad no se detiene
con ninguna estrategia
para ser más fuerte,
siempre vencerá
a nuestra humanidad,
por más que nuestro umbral
de resistencia lo enfrente
con dureza...
El dolor duele en el alma,
en el cuerpo, en las fibras
más íntimas de los sentimientos...
Si se nos introduce profundo,
llega a transformarse
como en una muda costumbre
de sufrir sus inclemencias...
El dolor ataca nuestra
vulnerabilidad,
es un tirano que nos somete
a su impunidad.
El dolor duele en forma imperdonable,
no nos tiene compasión,
ni siquiera responde a los ruegos
de nuestro corazón...
No hay forma de entender al dolor,
el dolor duele, no tiene más que
el lenguaje de la espina
que se clava en la frente,
por eso su silencio doloroso,
por eso sus gritos
que cuanto más internos,
son más intensos...
Qué hacer con el dolor
más que aguardar que se calme,
y nos libere el corazón...


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