lunes, 13 de junio de 2011

Cuando escucho tu nombre...

Cuando escucho tu nombre,
no son ni las letras
ni las sílabas que lo componen,
ni el timbre de voz
con el que oigo sus acordes.
Cuando escucho tu nombre,
pareciera que lo repitieran
en su eco, todas las flores,
y tras el aliento
de quien lo pronuncia
se embellece el tiempo,
porque mi boca
también para balbucearlo
lo busca...
Cuando escucho tu nombre,
me sabe a música,
y sus acordes
mi vida toda inundan
con la frágil canción
a la que alude
su pronunciación...
Tu nombre es tu ser,
tu presencia viva,
tu querer,
Tu nombre me hace sentir
elegida por todo un
alfabeto, de amor hacia mí...
Cuando escucho tu nombre
sé que lo trae la primavera
y mi ser desespera
por asir su belleza,
la que en tu nombre
tu alma encierra...
Bendito ese nombre
que me remonta
a sueños imborrables,
a instantes inolvidables
porque con su contenido
el espíritu mío
al amor se transporta...
Es que en todo tu nombre,
de la primera a la última letra,
está la marca indeleble
de tu persona...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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