martes, 7 de junio de 2011

Asi fue, que inventé al amor...

 Era una madrugada turbia
llena de soledad y de pasión,
vino a mi mente tu hombría,
entonces me decidí,
así fue que inventé al amor...
Nada me costó darle forma
a tu cintura, tus caderas,
tus nalgas, tus rodillas
tus piernas,
nada me costó imaginar
que te acercabas
erguido para hacerme
suspirar...
Todo aconteció en un silencio
que invitaba al descontrol,
todo dio para que fuéramos
perdiéndonos en la pasión...
Entre movimientos acompasados,
besos desmembrados,
y respiración que cae
en un feroz desmayo,
nos introdujimos tú en mí,
yo en ti,
hasta sentirnos morir...
Qué invento tan sublime
el que se me ocurrió,
sentir tu sexo y el mío
hechos uno
sumergirse en el abismo infinito,
hasta que el trinar
de los pájaros por la ventana
suavemente nos despertó...
Era una madrugada turbia
llena de soledad y de pasión,
cuando se acercó tu ser
hecho pura hombría,
para entregarme su don...
Así fue, que inventé
entre gemidos y fantasías
al amor...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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