pasaste como un ave
por mi camino salvaje,
en un vuelo rasante
y sin querer quedarte...
A pesar de que
de ti con tristeza
me despido,
no puedo guardarte
ni el más mínimo rencor,
no puedo tampoco
odiarte...
Mi corazón está caminando
con un sólo ventrículo,
el otro lo tienes tú
dominando así
mi herido espíritu...
No era nuestro momento...
no se dió ese amor
recíproco que esperaba,
porque yo te amé,
y creía ser
la persona más amada...
Dejaré que el tiempo
zurza mis remiendos,
mi alma quedó deshecha
sin alivio, como en un
duro suplicio
de saberte tan indiferente,
cambiándome como se cambia
una moneda corriente...
No era nuestro momento,
ahora lo entiendo,
te amaba tanto,
eras para mí un cielo dorado,
que ahora me doy cuenta
cuanto sufrimiento
por este desengañó,
me estará esperando...
No era nuestro momento...
eso quedó bien claro...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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