y ya tus labios,
los tenía marcados fuertemente
sobre mis labios.
Esperando que me ames
me desperté al alba
con el alma sostenida
por un eterno suspiro...
Pasaban los minutos,
escurridizos, ansiosos
y todo, mi ser y mi mente
se desplomaban
a la espera de tus deseos
que llegarían presurosos...
Ante la inquietante calma,
mis manos sin el destino de tu piel
deshojaban una flor,
pétalo por pétalo,
eran tus caricias,
que en mi corazón,
se desarmaban...
Esperando que me ames
mi espíritu te clama,
mi cuerpo te llama,
ni la madrugada,
ni la niebla,
ni el pecado que atormenta,
ni la luna esquiva,
ni las lejanas estrellas,
prohibirán que me ames,
te espero latiendo el alma,
y mi ser, quiere entregarse
a tu ser, en forma entera
y plenamente ilusionada.
Esperando que me ames
soy capaz de aguardar
toda una existencia,
sirviéndome del aire,
embebiéndome en tu vida
sin control y sin medida...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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