sobre nuestro tiempo,
tiempo de otoño lento,
lo viene acercando el viento...
Sábado anochecido
en la soledad del beso
lo siento,
sábado sin caricias,
dormitando lento...
Luciérnagas heridas
de lejanas ausencias,
ansiedades postergadas,
y en la mesa
para cenar con él, nada...
Vienen todos los otoños,
a recordarme su ocre manto,
manto de hojas secas,
que caen desde el balcón,
para estrellarse en la vereda...
Sábado que está entrando
hacia la noche apagada
y sobre el lecho,
no hay nadie, ni nada...
En mis manos unas rosas
forman un ramo,
ilusiones de amor
de un triste sábado,
se afloja la tensión
caen sobre el piso,
sin control,
las rosas rojas de mi ramo...
Nadie en la alcoba...
nadie en el balcón...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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