en una gran trenza de amor,
que brille muy fuerte el cabello,
para que se luzca su forma al sol...
Que sean nuestras deseos
los que anuden nuestro pelo,
que sean las caricias
las que le den la forma querida,
verás que a esta majestuosa trenza
no la despeinará el dolor...
Hagamos una enorme trenza
con toda la potencia
que tiene nuestro querer,
pongamos uno sobre otro
todos los mechones,
Intercalemos uno a uno
todos los sectores
del corazón,
que luzca hermosa y segura,
anudada con afán y premura
nuestra brillante trenza de amor.
Luego trencémonos entre besos,
olvidándonos del reloj,
anudemos entre deseo y anhelo
el placer que me das y te doy.
enrosquemos nuestros pasiones
en el divagar del tiempo,
que así, se van trenzando las horas
en que nos damos amor.
Luego con una gran cinta decorativa,
sellemos nuestros instintos,
recuperemos el alma
en una de esas vueltas amadas,
para terminar rendidos
como niños enredados
de anudar tanto cariño,
en una gran trenza enamorada.
No hay cosa más bella
que una hermosa tenza
de amor, guardada en el alma...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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