Aprieta mi silencio fuetemente,
respira mi aliento,
has de cuenta que
ya nos dijmos todo,
que ya se enredaron las flores blancas
sobre nuestros labios rojos...
No dejes que mi boca hable,
no recibas los murmullos
que quieran escaparse,
esta vez olvidemos las palabras,
dejemos correr el agua
para desbordarnos en el caudal
de los sentimientos...
Ven, ven calladamente y naufraguemos
en estas solitarias playas,
entre las nubes bajas y el cielo,
ven, entremos al mar y de sus olas,
recibamos la potente espuma devoradora,
y abrazados como nuncá,
profundamente enlazados,
reconozcamos nuestras almas
en este encuentro... ven, mar adentro...
Así, enmudecidos del verbo ya gastado,
traspasando el tiempo,
hagámos del espacio un gran naufragio,
descontrolemos la pasión,
agitemos al silencio,
que en este naufragio de amor
seremos tu y yo, calladamente sintiendo,
nuestros verdugos eternos...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
No hay comentarios:
Publicar un comentario