jueves, 7 de abril de 2011

Soledad, compañera peremne...

Soledad, ya no te esperaba,
ilusa de mí al pensar
que no volverías más...
Hoy me ataca tu mal,
porque dueles
como si fueras un
gran desierto,
sin agua, sin paz...
Hoy no te puedo disfrutar
como tantas veces,
en las cuales tu visita
vestía prendas de alegría...
soledad que cuando
no eres compañía,
te transformas en tristeza,
en azul melancolía...
Se que te presentas
en formas más adversas,
se que eres cruel
en situaciones diversas;
Soledad de guardias
de hospitales,
soledad de cementerios,
soledad de niños abandonados,
soledad de tristes bares
en donde van a las almas
vacías a matar el tiempo...
Mi soledad es liviana,
no se instala en forma permanente,
mi soledad es piadosa,
viene de vez en cuando
de esta forma dolorosa,
para que no la olvide,
para que la recuerde,
para que sepa que es
la compañera perenne
aunque su presencia
no siempre se siente...
Cuando me dejes
allá por el alba,
sabré que te alejas
en forma momentánea,
sabré que volverás
porque te llevo en
mis entrañas...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman



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