viernes, 2 de septiembre de 2011

Querida y tierna soledad...

La soledad te amontonó el alma,
como hojas secas
que el viento separa,
la soledad te dió un suspiro
para que puedas soportarla...
Quedó en un rincón tu corazón,
latiendo con la tremenda sensación
de la desolación,
nadie acudía a contenerte,
mientras el viento seguí
soplando horas innertes...
Hasta cuando esta agonía
que sostiene el gris de tu mirada,
hasta cuando el pasar de los días,
con triste expresión aletargada...
La soledad te amontonó el alma...
por ello quedó callada,
ya nunca más pudo decir palabra,
ya nunca más tus manos se abrieron
para sentir las caricias del agua...
Ignoras en tu desazón
que dentro de la misma soledad
hay amor...
no hay un lugar en el que él no está...
Cuando compruebes esta verdad,
te unirás a tu soledad,
ya no te amontonará el alma
arrinconando tu esperanza,
porque dentro de ella misma
el amor encontrarás...
A veces es necesario estar sólo,
para encontrar al amor,
querida y tierna soledad...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
2.08.2011
 Imágen: Jessica Paredes Cid...

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