Ven, tócame, soy de seda... de Raquel Norma Smerkin Roitman
Ven, tócame, soy de seda,
en la habitación de mi alma
ya no caben más lágrimas,
redondas y pequeñas,
ruedan por la escalera
de mi corazón,
y en tu ser se cuelan
rojas de pasión...
Una mañana
en la que comprendí
lo profundo de mi sentir
hacia tí,
en seda me convertí...
Palparás la suavidad
de mi piel,
que huele a tu amor,
que sabe a dolor...
Cómo podré resistir
este deseo inmenso
de saborear nuestra emoción,
cómo podré vivir
si ya no puedo sobrevivir
a esta tensión
de no verte
de no tenerte
navegando en mis labios,
flotando en tus brazos,
apretando la ansiedad
entre tus manos,
acurrucados en la dulzura
y profundamente
enamorados...
Ven, tócame soy de seda
desliza tu alma en mi alma,
para percibir lo sutil
de este cariño que espanta,
de tanto sentir y sufrir...
Abrazame en la distancia,
se desmorona mi espíritu
si no recibo tu bella aurea,
esa que por las noches se acerca
cuando las lágrimas danzan
sobre mi cara...
Ven, tócame soy de seda
no mojaré tu cara,
no empalideceré tu sueño,
más aún, cuando me enciendas,
más luz le daré a esta ilusión
que me mantiene despierta
esperando el momento
de consumar este amor...
Ven, tócame soy de seda
nada podrá razgarme,
nada podrá dañarme,
me mantendré entera
hasta que acabe
este martirio de no tenerte,
esta agónica espera
por ser en mi,
por serte...
Ven, tócame, soy de seda
tu has logrado esa magia
porque me estoy haciendo
a tu manera...
Autoría Raquel Norma Smerkin Roitman
20.'9.2011
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