véndame las manos,
véndame el alma,
déjame a la intemperie
para que yo te busque
en la noche árida...
Verás como encuentro
tu bella mirada
detrás de la pureza,
cuando aflora el alba...
Véndame completamente toda,
hazme girar como un trompo
para marear mi espíritu
en un suave murmullo,
o en un zumbído líquido...
Comprobarás que traspaso
cualquier obstáculo,
comprobarás que llego a ti,
con el corazón desarmado,
y con el alma vendada
de tus suaves caricias...
porque así te amo,
trozo de mi vida,
con la seguridad de la brisa.
Véndame las ganas,
véndame la pasión,
véndame el deseo,
véndame la emoción...
Nada podrá retener
este amor profundo,
ningún vendaje prohibirá
que te ame
en este nuestro mundo...
Y por último... haz la prueba
de vendar nuestro cariño,
imposible te será,
se desatará rebelde
como se desata un niño
de los brazos de su madre
cuando no lo dejan ser él...
Véndame ya,
comprobarás enseguida
que mi amor sigue creciendo
por tí un poco más
todos los días...
Será como vendar a una rosa,
para que no siga dando
su belleza y su aroma...
Por eso si me vendas
ten en cuenta,
que llorarán sobre mí
todas las mariposas...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
17.09.2011
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