jueves, 10 de marzo de 2011

No hay amor sin poesía y no hay poesía sin amor...


Siempre vi en tus ojos
el vuelo de la poesía,
tu mirada tan profunda
y cálida,
tus pestañas largas,
el color de tu expresión,
que olía a mar, monte
y playa...
No hay amor sin poesía,
me decías...
no hay poesía sin amor,
te decía...
Innumerables tardes
en que las siestas recitaban
los versos más salvajes,
aquellos que nuestra
amistad entrelazaban...
Los árboles nos acompañaban,
y las palabras volaban
por sobre la inspiración...
No hay amor sin poesía...
me decías...
Aunque los versos mueran
en su propia decepción,
aunque el idioma se revele
ante una traición,
dejando sangrando un corazón,
aunque sigan una causa
que por su origen valga,
todo eso es amor...
No hay poesía sin amor...
te decía...
porque
Brotan en el verso
 múltiples sentimientos, pues
el texto rima en la pasión,
la pasión de amar
desde las entrañas mismas del ser
y del alma...
inefable, inmemorial, inmejorable
en su perfección.
Observa cómo crece,
tal como la hierba y
emerge desde la propia esencia
de las cosas mismas,
y eso es poesía...
porque;
No hay amor sin poesía
y no hay poesía sin amor...
me decías... te decía...
Esas tardes subyugantes,
apasionadamente literarias...
me marcaron a fuego...
quedaron guardadas en mi corazón...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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