jueves, 31 de marzo de 2011

Hay un grito que se quiebra...

Hay un grito que se quiebra
antes de salir,
como una voz errante
en las cuerdas neblinosas
de las horas cobardes...
Hay un grito que tiene
agolpada toda la sangre,
la garganta se inflama
y la rabia aflora
entre la lengua y el alma...
Hay un grito que sabe
que al pronunciarse,
se caerán los cielos,
se esconderá la tarde...
Hay un grito que ordena
a su propio sonido,
para hacerse oír,
a crear un gutural lenguaje...
Hay un grito desobediente
que se interrumpe
y dentro queda latente,
es ese mismo grito
que exige, que pide,
que explota de emoción.
Ese mismo grito
que si no gritara
podría llamarse amor...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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