domingo, 20 de marzo de 2011

Si yo pudiera mover el infinito...

Si yo pudiera mover el infinito...


Si yo pudiera mover el infinito
para mecer tu sueño
y acariciar mientras duermes
tus ilusiones de dulce niño tierno.
Si yo pudiera compensarte
del mundo las maldades,
y que tus despertares
huelan a perfumes de azares.
Si yo pudiera manejar
a la inefable eternidad,
y brindarte el principio
y el final, cual
puro devenir sin penurias,
sin guerras, sin adversidad...
Si yo pudiera hacer
con mi fuerza mental,
con mi espiritualidad,
que el planeta entero
fuera como un jardín
lleno de jilgueros...
Duerme, que mientras
descansa tu alma,
la naturaleza te piensa
en un rezo vivo,
con perfume a esperanza...
Duerme que aunque
caigan piedras
sobre los árboles,
que no hacen daño a nadie,
siempre queda un aliento,
siempre queda un desierto
por sembrar de esperanza.
Sueña un sueño reparador,
niño inocente de ojos de cielo,
que todavía no está todo perdido...
que todavía falta en ese desierto
sombrío,
sembrar mucho amor...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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