rodando lejos,
por los acantilados
del silencio...
Sabían a triste consuelo,
sabían a dolor...
Pedí que callaras,
que no hablaras más
del amor...
Para qué escucharlas
si sonaban tan falsas...
para que detenerse
en su significado,
en su sentido,
si tan sólo eran la mueca
de un amor ya extinguido...
Robaste del lenguaje
su más pura esencia,
has profanado al verbo amar,
lo has dejado
desnudo en su expresión.
Se caían tus palabras,
del sentimiento nada quedaba,
palabras que se quedaron
sin alma...
por ello es que rodaban
por los acantilados
de la esperanza...
Se caían tus palabras
y de mí se alejaban...
como tu amor...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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