Ya no tengo voz...

Me he revelado hacia todos los silencios,
he agotado mis cuerdas vocales
y mi aliento,
ya no tengo voz...
Como si nadara contra la corriente,
como si tratara de hacer casas
sobre una pendiente,
como si quisiera dar vueltas
los valores que se sublevan
a cualquier cambio mejor...
En esta inmensa playa de médanos
sin amor y sin tiempos,
voy subiendo con gran esfuerzo,
cada vez más cuesta
que en el silencio, se escuche
más que mi voz, mi clamor...
Gotas que rebalsan las conciencias,
vacías respuestas que dan la espalda
a cualquier propuesta...
y en mi pobre humanidad pequeña,
se me caen de angustia las lágrimas...
Necedad ciega que no se deja enseñar,
que en su inmadurez se queda...
que elige el absurdo antes que
la verdadera esencia...
Atrapados en una telaraña
que teje sin sentido,
la gravedad de la ignorancia...
Atrapados en el espacio del olvido
de cualquier superación humana...
Atrapados en el sinuoso camino
hacia la nada...
Manada egoísta e insensible
que sigue y sigue
como anestesiada,
obstinadas almas que buscan
en lo imposible,
la autodestrucción que se clava
cada día con más fuerza,
cada día con más inercia, rumbo
hacia un todo sin resolución...
hacia un todo sin nada...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman