jueves, 17 de marzo de 2011

Desvergonzada...

Siempre le prometo
a mi vergüenza
que la próxima vez,
podré desatarla
de mi ser.
Sin darme cuenta
vuelve a tomar las riendas
y mi alma no sabe
como cumplir la
promesa,
aunque mi sangre
en rebeldía se alza.
Una y otra vez
trato de desenmarañar
la fuerza con que
ahoga mis deseos,
y paraliza mis ansias.
Me pregunto a solas
y en silencio...
¿Quién en algún momento
me ha hecho sentir
tanta vergüenza?
que yo ahora no se
como despegarme de ella.
Hay una palabra que daña,
es una palabra que oía
siempre con una feroz carga,
"Desvergonzada"
Siempre le prometo a mi vergüenza
que voy a olvidarla,
que me reiré de esta sentencia
que limitó mis deseos
y paralizó mi esperanza.
Vengan los Dioses del cielo,
ayúdenme a ignorarla,
necesito cumplir la promesa
para que el amor se exprese
en su total dimensión.
Vete intrusa e inútil criatura,
sal de mi cuerpo y mi alma,
déjame sentir a pleno
porque si no, mi corazón
sentirá de verdad la vergüenza
por no poder desatarse
al amor...
Entonces seré como dice
aquel mandato canalla,
que poseo en realidad
un alma desvergonzada...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman




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