miércoles, 23 de marzo de 2011

La posibilidad de vivir...

La vida es la propiedad de los seres orgánicos por la cual crecen, se reproducen y responden a estímulos. Esta es una definición un tanto rígida, como para incluir en ella a las piedras y a los minerales en general. Pero ellos a mi ver "SON", "ESTÄN", por lo tanto existen, llego así a la conclusión de que el término "VIDA" podría abarcar más seres perceptiblemente animados o no, digo perceptiblementre porque no todos los cambios y movimientos que acusan, nosotros los podemos percibir con nuestros limitados sentidos. La piedra a través de tiempo sufre efectos de la erosión del agua o viento, y eso no lo vemos, no vemos su transformación. No todo lo que parece no tener vida, no la tiene. Si se quiere podremos hablar de una vida distinta a la de los seres orgánicos, pero vida al fin.
Cuanto más nos alejamos de los estratos primitivos, más nos acercamos a la condición humana. Los animales no humanos, poseen una vida biológica muy fuerte, la cual los protege de las inclemencias del medio ambiente, allí vemos como actúa la sabiduría de la naturaleza en toda su magnitud.
Los humanos tenemos vida biológica, pero más débil, carecemos de la suficiente protección a los peligros del exterior, frío, vientos fuertes, no tenemos garras, no tenemos pelos para abrigarnos, estamos expuestos a las contingencias del tiempo, pero que sucede con el hombre en sí, el hombre posee una vida espiritual, psíquica, por ello decimos que posee un alma, alma como motivación de vida, como voluntad del deseo, como sentimiento. Ese es nuestro lado fuerte y peligroso a la vez, porque esa condición distintiva del hombre, le permite ser libre, su mundo es amplio, porque su "RAZÖN" lo condena a ser un ser libre, a ampliar sus posibilidades, a decidir que hacer, cortar con el determinismo que sujeta a los demás seres biológicos. De este estado de cosas surge, la duda y también el error.
Gracias a este aspecto distintivo, la vida del hombre cobra dimensiones insospechadas, la imaginación, los sueños, las ilusiones, los proyectos, el hombre sabe que tiene un mundo al que puede ver, y otro al que no puede ver.
Si tuvimos la milagrosa fortuna de nacer a la VIDA, si fuimos elegidos por el proceso biológico natural entre tantas posibilidades de existencia, como no vamos a servirle y servirnos de sus hermosos dones, en esta suerte de juego fantástico debe haber siempre una armonía con el todo del universo, y eso significa no ir en contra de nuestra esencia.
Si vivimos sin apreciar los encantos de la vida, nos desperdiciamos y la desperdiciamos, porque somos parte de ella, entonces una de las primeras condiciones para disfrutarla y ser felices sería, que nuestra actividad diaria, nuestro trabajo, no sea algo displacentero, sino algo que nos provoque placer, que AMEMOS hacer, esa sería la situación ideal, no digo que se da en todos, quiero marcar que se puede vivir de acuerdo con nuestra naturaleza en armonía y desarrollando nuestras capacidades al máximo. Esto hace que toda nuestra vida sea interesante, rica, y creativa. De otra forma no tendremos incentivos válidos, caeremos en cuadros depresivos y el famoso estres. Todo esto abunda en su mayor medida, es se podría decir lo más cotidiano y común, ver gente que quiere cambiar de vida y no está motivada a seguir viviendo.
Si no tenemos la suerte de llevar una vida de acuerdo a nuestra esencia, tenemos que ver la forma de desestresarnos, con ejercicios, con meditación, alimentándonos sanamente.
La vida, no cabe duda, mirándola por donde se la mire, es una posibilidad fantástica, un desafío, una forma de desarrollarnos como seres humanos en toda su extensión.
La naturaleza se nos ofrece y nos deberíamos regocijar con su cercanía. La libertad es una condición humana por la cual trascendemos y trascender nuestra condición, es el sentido de la vida misma, sino ella se transformaría en una sucesión de acontecimientos desprovistos de sentido, en donde el tiempo pasaría, y nada más. No habría cambio alguno, ni cualitativos ni cuantitativos, seríamos autómatas respondiendo a estímulos biológicos.
La humanidad pide a gritos, volver a las fuentes, a los valores esenciales, a la simple belleza de lo auténticamente dado a nuestros sentidos y también a nuestra imaginación, soñando, amando, creando, proyectando, ilucionándonos, porque tenemos alma, como podemos no valorarla, como podemos desperdiciarla... Cómo no va a ser bello vivir?.
Cuando el contacto con la rutina, nos hace rechazar nuestra realidad, debemos pensar en todas estas cosas legítimas, maravillosas que encierra el hecho de estar vivo.

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman


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