son las fantasiosas esperas,
no hay momentos,
ni presente, ni pasado,
tenemos todo el tiempo
para amarnos...
No hay relojes ni calendarios,
la eternidad nos alberga,
y los días y las noches,
entre caricias y besos
se van disipando...
No hay tiempo perdido
ni bien utilizado,
es un sólo y gran instante,
el que necesitamos
para amarnos,
instante desde lo eterno,
que viene a multiplicarse,
en millones de momentos...
El amor trasciende las horas,
le sonríe a las ceremonias,
y en cualquier tiempo de la
historia,
se viste de ruiseñor
cuando el romanticismo
lo nombra.
Se burla de la vejez,
porque es joven por siempre,
nosotros no envejecemos,
porque el amor no envejece...
Tenemos todo el tiempo
para amarnos,
para tomar del amor una porción
y guardarla en nuestro corazón.
Es como una pócima misteriosa
que encierra,
la magia de la eternidad.
Los enamorados no mueren
porque viven sus sentimientos
por sobre todos los tiempos
trascendiendo con su profundidad,
a la misma muerte...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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