miércoles, 30 de marzo de 2011

Imaginándote...

Como ciega habitante
del mundo del amor,
como si nunca hubiera
tenido contacto,
con nada de la creación,
pasaba mis horas
de penumbrosos sentimiento,
imaginándote...
Me agradaba delinearte
en mis fantasías,
hacerte dueño de mis sueños,
darte el personaje de
interlocutor de mis diálogos
secretos...
Como sorda y muda criatura
de una realidad aletargada,
porque yo así lo deseaba...
te dejaba entre paréntesis,
tal como si fueras en mi ser,
como un ángel de la guarda...
Transcurría un tiempo anónimo,
nadie, ni yo te nombraba,
eras como el acento prosódico
 que no figura en la palabra,
 pero está, marcando de la vida
su intensidad...
Como poseída por las ilusiones,
construí mi propio mundo
sin jerarquía, sin escalones,
ni opositores...
Mi meta, mi aspiración primera
tan sólo era el sentimiento,
porque representaba al
 comandante firme, fiel,
estable, para mi corazón,
eterno gobernador del amor...
Así conformé mi interior,
imaginándote, como respuesta
al rechazo de una realidad
que despierta la furia
del desconcierto...
Poco pude vivir de lo cierto,
de lo evidente e innegable,
poco pude sustraer de
la materialidad de lo dado,
sólo me consagré a vivirme
imaginándote...
Hoy no me sorprendo
al encontrar en mis bolsillos
sólo poemas y recuerdos,
no me sorprendo al saberme
la más indefensa, la vulnerable
criatura que temerosa,
sólo quiso  ver como
crecían las rosas en su propio jardín,
mientras pasaban las horas,
y yo seguía, a pesar de todo...
imaginándote...
Nunca pensé que con el tiempo,
lentamente, te ibas a tornar
en mi realidad...
Ya no sigo, imaginándote...
ya eres, ya estás...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman



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