jueves, 10 de marzo de 2011

RECONSTRUCCIÓN...

Para que quede sólo
la esencia,
para volver a las fuentes
de mi ser,
para poder ser yo
en todo su potencial...
Esa es la tarea más ardua,
la que se logra sacando
lo que sobra,
lo adquirido mal,
lo que indigestó al ser
digerido,
la mala educación,
de la escuela y del hogar.
La reconstrucción
conlleva una ardua tarea,
penoso camino que lleva
al sí mismo,
pero antes de llegar
miles de curvas esperan,
infinidad de atavismos,
ideas que nos impusieron
o le robamos al tiempo.
Los últimos atajos
son los que más duelen,
porque ya tenemos conciencia
de que desperdiciamos
nuestro ser, mil veces.
La reconstrucción
como trabajo de hormigas,
llevamos pesos mucho más
grandes que nuestra
resistencia,
pero seguimos, nosotros
los que queremos
reconstruirnos.
Y luego que queda
como resultado de ese
descarte necesario?
Quedamos nosotros
tal cual somos,
así como nacimos,
empecémonos de nuevo
a asimilar la vida,
pero ya sin extranjeros.
Tan sólo nosotros
nos miramos al espejo...
y que vemos??
vemos como nace
desde sus simientes,
intrínsecamente...
un puro ser nuevo...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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