miércoles, 2 de marzo de 2011

El riesgo de la escritura...


 Si yo podría escribir oralmente,
plasmar en el aire, mi alma
para que llegue a quien en
su corazón le dará esa
fertilidad añorada.
Si yo podría transmitir lo pensado,
sin papel, y que quedará
en los espíritus que
para recibirla estuvieran
preparados.
Que bello y puro sería
escribir, nunca dejaría de ser
el arte de las artes,
el gran motor que dé fuerza,
para que el amor nunca muriera.
Si yo pudiera escribir
siempre desde el alma,
nunca dejar que salgan
palabras sin sentido,
palabras vanas que dañan.
Sería mi anhelo, sería una magia
y yo maga del idioma,
utilizaría con gran palcer,
con gran alegría,
las palabras escritas...
La oralidad goza de este
privilegio,
de ir a las almas que las esperan,
como por un sortilegio...
ese mismo que les brindan su aprecio,
porque el contenido vuela
hacia el corazón que las escucha,
nadie oblilga a oir,
la voluntad del escucha,
las mantiene puras en su esencia,
son palabras que van derecho
al corazón y la conciencia...

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