viernes, 11 de marzo de 2011

Salvar al amor...(Otra imágen)

Viniste a mi
como un desierto adormecido...
con mi cántaro saciaste tu sed,
tus días y tus noches sin sentido,
en plegarias a Dios transformé...
Entonces me pregunto
por qué,
por qué este abandono lento,
este mutismo salvaje
con un vacío lacerante,
sin argumentos...
Yo fuí tu brebaje de hierbas
revitalizantes,
me confundí en tu alma,
me introduje en ella
para que de sed no murieras...
Entonces me pregunto
por qué,
por qué todo esto que nos pasa,
por qué la mordaza en la boca
y el pecho golpeado
como con una estocada...
Viniste a mí
tal como un desierto adormecido,
te desperté hablándote al oído,
cuando me escuchabas
todo era correspondido,
ahora te molesta mi voz,
ahora tu desierto se transformó
en soledad no sólo para mí,
sino también para el amor...
Aquí estamos convalecientes,
solos en el afecto,
con muchas asignaturas pendientes.
Moribundos de ternura,
en las últimas instancias de una
terapia intensiva,
aún queremos salvar nuestras vidas,
aún estamos luchando
en la antesala de la muerte,
de la muerte más triste y peor,
la muerte de un gran amor...
Tu desierto adormecido
carece de arena, de viento y sol,
no se si un canto de sirenas
nos devolverá su esplendor,
mientras seguiré luchando
para salvar al amor...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman



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