viernes, 11 de marzo de 2011

HOMBRES...


Espaldas pesadas con sombras
que le cuelgan de los hombros,
sed continua de ser alguien
para dar cuenta de su sexo.
Piel de sementó que
pide un pico y una pala
para que salga la fragilidad
postergada...
Olvidaron su talle espiritual
en la tienda de los vivos,
quieren recobrar su cultura
ancestral, en la tienda de
los muertos.
Fuerza impuesta por una
educación dura y molesta,
Como primera imposición;
consejos sin lágrimas,
no se debe alterar al corazón...
Cara de adulto preocupado,
por dentro un niño asustado,
eso sois...
Hombres, sosteniendo siempre
estructuras incipientes,
hombres, dueños de su propio
coraje,
el aire los instiga desafiantes.
Hombres  combatiendo
en la vida, sin aliento,
aspirando las ilusiones de
un mejor tiempo.
Tienen prohibida la ternura,
la comprensión, la dulzura,
no quieren ser débiles criaturas
sensibles al mundo y las
ataduras.
Hombres que viven vigilados
por su condición de machos,
espías de su propia libertad,
no se atreven a ponerse
a jugar.
Hombres que se olvidaron
de ser niños,
mantienen un perfil rígido
para no defraudar a la vida,
para convencer a las rosas
de que no las aman
de que son inútiles y ociosas
y no pueden detenerse
para oler su fragancia,
porque muy ocupados están...
Hombres, nada les alcanza
todo lo ponen en el afuera
y se olvidan de su espiritualidad...

Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman

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