A qué vienes dolor...
si la herida ya cerró...
¿Ho es qué acaso
drenas a escondidas,
y yo creí que ya
no estabas, qué
ya no supurabas
tristes lágrimas?
A qué vienes dolor...
a morderme el corazón,
a saltarme encima
como si fuera
presa en el bosque
para alimentar tu avaricia...
Sal de mi pecho...
te ordeno que salgas
inmediatamente...
Te arrinconaré en el lugar
que más sientas,
en aquel con el que me quieres
cachetear la frente...
A qué vienes dolor...
no sorprendas mis horas de amor,
no enturbies mi alegría,
desenfadado sentimiento
que se esconde muy dentro
para atacar con cobardía...
Vienes sin motivo aparente,
vienes por la espalda
como para desafiar a mi alma...
Sabes... te haré frente...
te desafío dolor, vete lejos,
te lo recomiendo,
sí, te amenazo y me atrevo
a echarte, así, de frente,
como se enfrenta a la debilidad,
a la parte de uno mismo
tan vulnerable...
No me molestes más,
cansas mis horas,
cansas mi andar por los versos,
no enturbies mi inspiración... dolor...
Porque no te quiero como
si quisieras dar lástima,
triste y desvalido,
porque no te quiero
en mi poesía,
porque es tiempo del amor,
porque mi alma quiere bailar
y disfrutar de las palabras,
al ritmó mágico de la emoción...
¿A qué vienes dolor?
Calla... calla... tu sermón sin sol...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
16.08.2011
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