martes, 23 de agosto de 2011

El olvido...

El olvido
no es un árbol
seco y sin frutos,
no es una cortina
hacia el infortunio,
es una mágica caja
de ilusiones guardadas.
El olvido
encierra más amor
de lo que supone
el tiempo y el dolor,
porque cuando lo
destapas,
salen palomas de paz
de su galera larga...
El olvido es un paréntesis
al presente,
es un descanso necesario,
un ejercicio del espíritu
que a diario
pone en función el corazón
a veces lastimado...
El olvido acapara
de los tiempos de la ternura
su más valiosa savia,
porque el sabe cuando llega,
él sabe cuando penetra
y porque lo hace...
La imprudencia le juega
malas pasadas,
pero el se impone
para borrar momentáneamente
recuerdos como ráfagas
que lastiman el alma...
El olvido es sabio amante
de momentos en donde
los deseos ardieron como leños,
el olvido es el mejor médico
para curar de heridas el alma...
Cuántas cosas salen
cuando de él abrimos su ventana,
cuantas cosas se presentan
para invitarnos a no temer
todo el amor que sentimos
en ese tiempo de ayer,
tan querido, y tan dolido...
Gracias olvido por venir
para auxiliar mi espíritu...
Igual nunca te has ido,
estás en el fondo de mi memoria
para atestiguar sin papeles
y sin leyes...
mi historia...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
23.08.2011

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