A veces la vida... nos olvida...
nos posterga allá lejos
en un pequeño cajón,
en el cual apenas caben
nuestros sueños,
tirados en un rincón.
La ansiedad se ahoga
y muda de dolor queda,
la respiración se acorta
luchando para salir
y el aliento se quiebra
en una gran tristeza.
A veces la vida... nos olvida...
estamos recluidos de su luz,
las sombras nos penetran
por los poros,
el destino pareciera ser
una gran cruz...
O tal vez, será que
nosotros sólos nos aislamos,
y creemos así
ser los grandes olvidados...
Vida por vida,
amor por amor,
sueño por sueño,
destino por destino,
flor por flor...
En definitiva somos nosotros
los autopostergados,
los que deprimidos
nos sentimos abandonados
por esta protagonista
principal y primordial
que es la vida...
La vida siempre está
para el que quiera vivirla,
ese cajón en el cual
dejamos nuestros sueños
tirados,
es acción nuestra,
pero la impotencia enerva,
y le echamos la culpa
a la misma vida...
Ella no discrimina,
ella sólo está
para ser vivida
con la mayor intensidad...
Perdona vida,
yo soy mi propia protagonista...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
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