Me llama el verbo,
a su llamado acudo,
no puedo negarme,
hay una distancia
inspiradora, avasallante,
entre los sonidos guturales,
los fonemas, los morfemas
y las palabras que llegan
a concretar lo inevitable...
Me llama el verbo
con su voz rotunda,
con su fuerza viva,
con su poesía...
Me está arrastrando
hacia la más pura inspiración,
me está arrastrando
hacia el país en donde
se toca la fiebre,
la alegría, el dolor,
las caricias y el puro amor...
Cómo no acudir a su cita,
si es el sitio por el cual
aparece el primer hálito de vida,
si es el lugar en donde se respira
la fragancia insistente
del lenguaje y su armonía...
Me llama el verbo con
su dedo apuntando a mi alma,
y me habla, y me habla,
no se puede rechazar
esta pasión que abraza,
que desespera las ansias
de transformarme yo misma
en la magia eterna...
de la poesía...
Me llama el verbo...
allá voy, estoy acudiendo...
Autoría: Raquel Norma Smerkin Roitman
18.08.2011
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