viernes, 28 de enero de 2011

Pido perdón, por no poder perdonar...

Pido perdón, por no poder perdonar...
no escatimo esfuerzos,
pero no puedo...
Me averguenzo de no aceptar
que el perdón todo lo redime,
pero la herida de la ofensa,
sigue y sigue,
escarbando mi humanidad...
Pido perdón, por no poder perdonar...
largas horas estuve meditando
sobre esta imposible misión,
la de conceder mi perdón...
No importa si me lo piden o no,
no importa quien tiene la razón,
lo que sí importa
es que al perdonar un agravio,
me perdono yo...
Pido perdón por no poderme perdonar...
esta es la verdadera cuestión
que no quiere entender aún
mi testarudo corazón...
Me daré mi tiempo,
detenerme en esto es comenzar
de alguna manera a
perdonarme y perdonar...
Pido perdón a la sabiduría,
pido perdón a la psicología,
pido perdón a los cielos,
aún no ha llegado mi hora,
la hora de la gran transformación...
Si logro perdonar de verdad,
sentiré que soy fuerte como el acero,
sentiré que puedo entenderme y
entender al mundo entero,
le ruego a mi ser que comprenda
que el camino mejor
es llegar a la convicción
de la importancia del perdón...
Ese perdón auténtico
que sale del alma y del corazón,
no un perdón para la vidriera
de la sociedad,
ese no me interesa,
cuando perdone y me perdone
quiero sentir la tibieza
de la gloria de saber perdonar...

Raquel Norma Smerkin Roitman



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